Aún No

Rema un poco más

Un grupo de surfistas aguarda la ola perfecta.

Con paciencia, dejan pasar muchas bajo sus tablas.

Mirada en el horizonte.

Esperando…ansiando… su momento.

Finalmente, la ven.

Detrás de varios picos de espuma.

Está ahí.

Para ellos.

Empiezan a remar, sintiendo el viento contra el rostro.

Las tablas se deslizan sobre ese muro de agua convertido en maravilloso trampolín.

Y, en ese instante….

….las olas se transforman en caballos blancos, galopando al son de los surfistas.

Las cosas buenas llegan para quienes saben esperar.

Este fue el anuncio de Guinness que en 2002 fue aclamado como “el mejor anuncio de todos los tiempos”.

No sé si el anuncio es para tanto, pero el mensaje sí lo es.

Todo lo bueno se hace esperar.

Esto aplica a la cerveza perfecta.

Al inversor que aguanta hasta el momento idóneo para comprar.

Al escritor que tira cien páginas a la basura antes de conseguir una línea que merezca la pena.

A la vida misma.

¿Cuántas veces nos rendimos demasiado pronto?

¿Cuántas veces no aguantamos más de tres segundos viendo una serie en Netflix?

¿Cuántas veces descartamos un restaurante nuevo porque la cola dura más de diez minutos?

¿Cuántas cosas nos perdemos por no saber esperar?

Sí, lo entiendo.

Vivimos en la era de la inmediatez.

De todo para ayer y, si no, para ya.

Hace diez años la meditación y el mindfulness no existían porque los practicábamos sin darnos cuenta.

Esperábamos el autobús sin móviles.

Esperábamos a los amigos sin bucear en redes sociales.

Esperábamos el capítulo de nuestra serie favorita sin tener las temporadas completas a golpe de un clic.

Esperábamos.

Esperábamos.

Y volvíamos a esperar.

Por eso ahora nos cuesta más valorar el esfuerzo, la dedicación o la paciencia.

Y precisamente porque es más difícil, también es más importante que nunca.

Hagamos un juego.

Piensa en un logro importante que conseguiste en poco tiempo.

Y ahora en otro que tardaste mucho en alcanzar.

Me vale incluso si nunca llegaste a conseguirlo.

¿Cuál recuerdas más fácilmente?

¿Y cuál te hace sonreír?

No hay debate.

La impaciencia moderna casa muy mal con el espíritu de superación.

Nada se puede comparar a la ilusión que sientes por un proyecto de larga duración.

Ese gusanillo en el estómago.

Las horas ensimismado en cada detalle.

Las dudas.

El sufrimiento.

Y esa sensación inigualable cuando llegas al final.

Ninguna satisfacción instantánea podrá darte eso.

Ningún “Sí”, se equipara al que llega después de muchos “No”.

Así que no te confundas.

Cuando algo no funcione a la primera, querrás rendirte.

Y es en ese momento cuando debes preguntarte:

¿No será esta la ola que llevo tanto tiempo esperando?

Sólo lo sabrás si sigues remando un poquito más.

Te leo.

Iñaki Arcocha

P.D. : Te dejo el anuncio de Guinness para que lo juzgues por ti mismo.

P.D: Si te gustan estas newsletters, compártelas con tus amigos en el siguiente enlace: https://arcochacapital.beehiiv.com/subscribe

P.D 2: Y si no te gustan, compártelas con tus enemigos para que se fastidien: https://arcochacapital.beehiiv.com/subscribe