Bajo Presión

La Necesitas Más de lo que Crees

El nombre de Phillip A. Harrison probablemente no te diga nada.

Pero si te digo que es el padre adoptivo, y a quien considera su verdadero padre, del exjugador de la NBA, Shaquille O´Neal, la cosa cambia.

El padrastro de O´Neal es uno de los grandes responsables del fuerte carácter del jugador, así como de su enorme generosidad.

Una de las anécdotas que mejor define la relación entre ambos ocurrió después de un partido contra los Knicks en New York.

Los Lakers perdieron el partido y Shaquille jugó particularmente mal, por lo que estaba muy molesto consigo mismo.

Habló con su padre y le confesó que no podía soportar la presión de ser el líder del equipo y tener siempre todas las miradas puestas en él.

“¿Presión dices? Mañana a las 5 a.m te quiero en pie y listo en casa”

Con el padre de O´Neal no se discutía, se obedecía.

Así que, a pesar de haber tenido un largo viaje de vuelta a Los Ángeles y haber dormido poco, Shaquille estuvo listo a la hora acordada.

Subieron al coche, y su padre condujo en silencio hasta las afueras de la ciudad.

Llegados a un puente elevado, el padre de Shaquille aparcó el coche y le dijo:

“Mira lo que es la verdadera presión”.

En una pequeña tienda de campaña, estaban durmiendo hacinados una pareja con sus dos hijos pequeños.

Sin recursos, sin ayudas, y sin saber cuándo será su siguiente comida.

Esa imagen marcó al joven O´Neal de por vida, convirtiéndolo en la persona que es hoy en día.

La historia es sin duda impactante y la moraleja final edificante.

Pero yo no estoy de acuerdo con ella.

Por supuesto que hay personas que están pasando dificultades extremas, lo que nos ayudan a relativizar nuestros problemas cotidianos.

Una situación de extrema necesidad no es comparable con los problemas que enfrentan los deportistas famosos o los altos directivos.

Pero precisamente por no ser comparables, no nos ayudan demasiado a lidiar con los desafíos de nuestro día a día.

Shaquille O´Neal tenía que jugar ante 20.000 personas ruidosas que esperaban lo mejor de él en cada partido.

Los directivos de grandes multinacionales deben tomar decisiones difíciles todos los días, decisiones que afectan a miles o millones de familias.

Y tú, en tu ámbito de decisión, también sufres diferentes presiones que, en muchas ocasiones, no serán nada fáciles de llevar.

Y está bien que sea así.

Es una bendición sentir esa urgencia y esa tensión.

Lo contrario es tener una vida sin objetivos, sin aspiraciones y sin que nada te importe lo suficiente.

No se me ocurre un escenario más desolador que ese.

Sentirse afortunado por la vida que te ha tocado vivir es importante, y relativizar los problemas del primer mundo, aún más.

No hay nada peor que un adolescente mimado que lo tiene todo y se queja porque el wifi no va bien.

Pero de ahí a no sentir la necesidad de progresar simplemente porque hay gente que lo está pasando mucho peor, media un abismo.

¿Sabes cómo se construye un mundo mejor para todos?

Progresando, avanzando y poniéndose retos cada vez más ambiciosos.

Esa es la mejor manera para que nadie tenga que vivir debajo de un puente. 

Te leo.

Iñaki Arcocha

P.D.: Para ilustrar por qué la gente exitosa también siente presión, te dejo este vídeo basado en mis 20 años de experiencia asesorando altos patrimonios.

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