Atrévete

Es tu elección

¿Alguna vez has tomado una aspirina?

Pregunta tonta.

Lo más probable es que hayas tomado más de una y de dos.

Si tuviste una adolescencia movida como la mía, lo normal es que fuera tu desayuno de los domingos.

Esa es historia para otro día, lo sé.

Hablar de la aspirina es hacerlo también de su creadora, la archifamosa farmaceútica Bayer.

No confundir con el Bayern de Münich, por favor.

¡Nada que ver!

En 1899, Bayer cambió para siempre las mañanas de resaca con un increíble medicamento que, además, resultó ser bueno para el corazón.

Una maravilla.

Pero Bayer no se detuvo ahí, no señor.

Quería más.

Pocos años después, se lanzó a por su segundo gran éxito: un jarabe para la tos.

No te creas que era uno cualquiera, para nada.

Además de aliviar la tos, era muy eficaz contra el dolor crónico.

Tanto, que prometía acabar con el uso de la peligrosa morfina, tan utilizada en aquella época.

¿Qué podía salir mal?

Pues, una tontería de nada.

Una chiquillada incluso.

El componente activo del jarabe era, nada más y nada menos, que heroína.

Sí, has leído bien.

Bayer popularizó un jarabe para la tos dirigido a niños hecho con heroína.

Bravo.

No tardaron en darse cuenta de los “efectos secundarios” del jarabe y lo retiraron pronto del mercado.

Supongo que cientos de niños bailando “Locomía”, décadas antes de que naciera el grupo musical, les dio una pista de que algo iba mal.

Genios.

Unas cuantas paladas de dólares después, nadie se acordaba de ese medicamento que ponía tan contentos a los niños.

Y eso que tuvo un éxito brutal.

¿Por qué?

No, no fue por la heroína.

Si los padres hubiesen sabido la verdad, no se habría vendido ni un bote.

La razón fue que Bayer apeló a un sentimiento primario muy arraigada en los seres humanos: el miedo a la incertidumbre.

Ponte en situación.

Principios del siglo XX, cuando se empiezan a entender plenamente los peligros de los virus y las bacterias.

Si añadimos a eso una dolencia que afecta a los niños, es imposible que tu producto no tenga éxito.

Bayer aprovechó la buena imagen que había conseguido con la aspirina, para lanzar un segundo producto sin haberlo probado adecuadamente.

Cuando tienes miedo, es muy fácil cometer errores.

Nos pasa a todos.

A mí también.

Y a ti.

Acuérdate de lo que llegaste a aceptar, soportar e incluso jalear durante la pandemia.

No te juzgo.

Quién más quién menos, todos nos dejamos llevar por el miedo durante aquellos años perdidos.

Hoy parece imposible de creer, pero sucedió.

Porque ese es el verdadero problema de dejarse llevar por el miedo y por la incertidumbre.

Que nos paraliza.

Que nos hace tomar decisiones erráticas.

Que nos impide pensar con claridad.

Todo lo nuevo da miedo.

Siempre.

Lo verdaderamente importante es saber gestionarlo.

Dominarlo antes de que te domine a ti.

El peligro de caminar entre la incertidumbre es real, no lo puedes evitar.

Pero el miedo es una elección personal.

¿No?

Recuerda tu primer día de trabajo.

O la primera vez que viajaste solo.

El nacimiento de tu primer hijo.

La firma de la hipoteca….. mamma mía.

¿Sigo?

Todo eso te daba mucho miedo.

Y lo superaste.

Yo también he cruzado ese río.

Irme de Bilbao a Madrid me parecía imposible.

Ni te cuento lo que fue el periplo de Ginebra, Curacao y vuelta a Zurich.

Y lo volvería a hacer una y otra vez sin pensarlo un segundo.

La alternativa es quedarte en el mismo sitio, no por elección, sino por cobardía.

Si hay algo más triste que eso, la verdad es que no se me ocurre.

No dejes que el miedo te paralice.

No dejes que te impida descubrir de lo que eres capaz de hacer.

Atrévete a probar.

A avanzar.

A aprender.

Y ahora dime, ¿de qué miedo te vas a desencadenar hoy?

Te leo.

Iñaki Arcocha

P.D: Si te gustan estas newsletters, compártelas con tus amigos en el siguiente enlace: https://arcochacapital.beehiiv.com/subscribe

P.D 2: Y si no te gustan, compártelas con tus enemigos para que se fastidien: https://arcochacapital.beehiiv.com/subscribe