Compromiso y Honradez

Adler Berriman, más conocido como “Barry” Seal, fue un piloto comercial estadounidense que terminó convirtiéndose en un contrabandista de drogas para el cartel de Medellín.

Desde muy joven, Seal demostró un talento innato para la aviación, obteniendo su licencia de piloto con tan sólo 16 años.

Así se convirtió en el piloto más joven en trabajar para la TWA (Trans World Airlines), hasta que fue despedido en 1974 por transportar explosivos.

Ya entonces, el joven Barry apuntaba maneras.

Lo que siguió a ese despedido fueron una serie de peripecias y trapicheos con el tráfico de drogas y armas que lo llevaron a asociarse con el mismísimo Pablo Escobar.

Para rizar el rizo, Seal se convirtió en informante para la DEA y del FBI, en un esfuerzo por librarse de varios cargos de contrabando que hubieran supuesto su entrada en prisión.

Un agente doble en toda regla.

Seal llegó a testificar en varios de los juicios más importantes contra el narcotráfico de su época.

Sin embargo, el 19 de febrero de 1986, encontró su triste final cuando fue asesinado por sicarios del mismo cártel con el que había colaborado durante tantos años.

Además de inspirar varios libros sobre su vida, Tom Cruise llevó la historia de Barry Seal al cine con gran éxito en 2017.

Hay una frase de la película que captura a la perfección la esencia de su vida.

En medio de una acalorada discusión con su esposa sobre su complicada situación, Barry le dice:

“¿Sabes por qué estoy metido en todo esto?

Porque soy el gringo que siempre cumple con lo que promete”.

Y es cierto, todos queremos rodearnos de personas en quienes podamos confiar.

Pero lo que Barry no comprendió del todo bien, es que ese mismo compromiso con su palabra sería su perdición.

Cuidado con las promesas que haces, porque luego hay que cumplirlas.

Ya sabes el dicho: la confianza tarda un mundo en construirse y tal sólo un suspiro en desmoronarse.

No importa si estamos hablando de un traficante de drogas, un agente doble o un amigo a quien pides un favor.

Todas las relaciones se basan en la honradez.

La honradez, al igual que pasa con la confianza, se construye con el tiempo y se refuerza cumpliendo lo que prometes.

Las mejores relaciones, tanto a nivel profesional como personal, son aquellas en las que no existe lugar a la duda.

Si sabes que, al descolgar el teléfono, alguien estará al otro lado para responderte, siéntete afortunado.

Tienes un amigo para siempre, y eso no tiene precio.

O quizás sí lo tenga.

Porque algún día será tú teléfono el que suene, y en ese momento, tendrás que contestar con la misma rapidez y compromiso.

El camino de la confianza es una vía de doble sentido con un único carril. A veces te dejarán pasar a ti y otras veces serás tú el que ceda el paso.

Lo importante es que, cuanto te toque, cumple.

Te leo.

Iñaki Arcocha

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