Contra Viento y Marea

El que Persiste, Gana

Érase una vez una niña inglesa que soñaba con ser escritora.

Pasó su infancia y adolescencia garabateando relatos cortos que compartía con sus amigos y familiares.

Todo muy inocente hasta que, a los 25 años, durante un viaje en tren, se le ocurrió una idea maravillosa sobre un grupo de amigos en una escuela muy especial.

La niña, ya convertida en adulta, estaba segura de que tenía entre manos algo muy especial y se disponía a trabajar en ello sin descanso.

El problema es que, a partir de ese momento, todo le fue de mal en peor.

Su madre falleció tras una larga batalla contra la esclerosis múltiple, y al estar ambas muy unidas, se sumió en una profunda tristeza.

Nuestra joven escritora logró recuperarse, casarse y tener una hija.

Pero en menos de un año, el matrimonio hizo aguas y terminó en un doloroso divorcio.

Desesperada, sin dinero y sin apoyo familiar, se encontró viviendo de los beneficios sociales y luchando contra la depresión.

En aquellos momentos, según ha contado ella misma, se sentía un “fracaso absoluto”.

Pero siguió perseverando.

Y siguió escribiendo.

Terminó el manuscrito de su idea maravillosa y lo envió a doce editoriales diferentes para probar suerte.

Todas y cada una de ellas la rechazaron.

1,2,3….así hasta 12.

Le dijeron que su idea, a la que ella se había aferrado durante años como un bote salvavidas, no gustaría a nadie porque era demasiado larga y complicada.

El golpe de realidad le dolió, pero no se rindió.

Finalmente, una pequeña editorial decidió darle una oportunidad gracias a la hija del presidente, a la que le encantó el primer capítulo.

Publicaron una primera tirada de 500 copias.

Lo que siguió nadie lo pudo prever, mucho menos nuestra joven escritora.

El éxito de público y crítica fue casi instantáneo, alcanzado cotas de popularidad mundial nunca vistas antes.

La serie que siguió a ese primer libro, llegó a vender más de 500 millones de copias en todo el mundo y se tradujo a más de 80 idiomas.

Aquella niña que tuvo una idea en un tren se llamaba Joanne Rowling, más conocida como J.K. Rowling.

Su idea no era otra que la historia de “Harry Potter y la piedra filosofal”.

Además de los libros, las películas de la saga terminaron de consolidar a Rowling como una de las escritoras más exitosos de todos los tiempos.

Una historia nunca tiene un final hasta que cae el telón.

Mientras hay vida, hay esperanza, por lo que es importante perseverar e insistir.

En estos tiempos modernos, en que todo es inmediato y la capacidad de atención se ha reducido al mínimo, es vital ser constante y paciente.

No hablo de insistir en caminos que no conducen a nada.

No es eso.

Todos nos equivocamos y es saludable saber reconocerlo para no perder el tiempo.

A lo que me refiero es que, con demasiada frecuencia, nos rendimos antes de tiempo o no nos apasionamos con nada de lo que hacemos a diario.

Si encuentras una pasión, cultívala, dedícale tiempo y no te rindas a las primeras de cambio.

Y si no la tienes, corre a buscar una y hazla crecer.

La mía tiene nombres y apellidos y tengo la suerte de que es una pasión mutua y compartida.

Recuerda que nada termina cuando pierdes, sólo lo hace cuando te rindes.

Te leo.

Iñaki Arcocha

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