Creencias Autolimitantes

No salgas derrotado a jugar

Imagina un guión de cine imposible.

Tan imposible que circula por Hollywood durante más de una década y nadie se atreve a convertirlo en película.

Un guión con un único protagonista, encerrado en un espacio minúsculo y con escasa interacción con el mundo exterior.

El protagonista, además, se enfrenta a una situación desesperante, luchando por su vida contra reloj.

Pues bien, no imagines más.

Esa película se llevó a cabo en 2010, dirigida por Rodrigo Cortés y protagonizada por Ryan Reynolds.

Te hablo de “Buried”, la claustrofóbica película sobre un contratista civil secuestrado en Irak y encerrado en un ataúd en mitad del desierto.

Sin lugar a dudas, la experiencia más angustiosa que he vivido en una sala de cine, y que supuso un gran éxito internacional de crítica y taquilla.

¿Se animó Rodrigo Cortés a realizarla porque era un temerario o un loco?

No, simplemente la llevó a cabo porque no era consciente de que era imposible.

Y cuando nadie te ha dicho que algo es imposible, sólo piensas en la forma de lograrlo.

Cortés venía de un éxito importante como fue “El Concursante”, también recomendadísima, lo que le abrió las puertas del circuito americano.

El guión de “Buried” le llegó de rebote, como suelen pasar estas cosas, y poco a poco consiguió la financiación, los recursos necesarios y un actor interesado.

Ryan Reynolds aún no era la mega estrella que es hoy, pero ya empezaba a destacar poderosamente.

La recompensa a su atrevimiento fue poder seguir subiendo de nivel, lo que le permitió hacer “Red Lights” (Luces Rojas), con Sigourney Weaver, Cillian Murphy y…… Robert de Niro.

Que por cierto, a mí me encantó, aunque tuvo bastante menos éxito del que cabía esperar con ese elenco estelar.

Pero esa es historia para otro día.

Rodrigo Cortés no se dejó llevar por las creencias autolimitantes que todos sufrimos.

“Eso no se puede hacer”.

“No funciona en mi sector”.

“Ahora es más difícil hacerse rico que hace décadas”.

“Está ya todo inventado”.

“Tienes que estudiar informática para estar al día”.

Y un larguísimo etc…

Todos estos pensamientos son como salir a la cancha con un 3-0 en contra que te marcas a ti mismo.

En propia puerta.

Es comenzar a jugar ya derrotado, sin siquiera conocer a tu adversario, porque tú mismo te has vencido.

Si no crees en ti mismo, nadie más lo hará.

A todos nos encanta que nos apoyen y animen en nuestros proyectos, pero lo que debes tener claro, es que nadie hará el trabajo por ti.

Nadie creerá más en tu capacidad de hacer algo que tú mismo.

Nadie.

Y nadie puede sabotear tus objetivos más que tú.

Nadie.

Si tienes que hablar en público y crees que lo harás mal, ten por seguro que así será.

Si tienes un exámen y dudas de tu capacidad, lo más probable es que suspendas.

Mantener una mentalidad positiva no te asegura el éxito, pero al menos no garantizas el fracaso.

Como dice Rafa Nadal cada vez que vuelve de una grave lesión: “No sé si ganaré o perderé, pero voy a darme una oportunidad de competir”.

Y si lo dice Nadal, habrá que hacerle caso ¿no crees?.

Te leo.

Iñaki Arcocha