El Nuevo Dios

Al que nunca debes adorar

¿Usain Bolt?

Todos sabemos que podría haber bajado de 9.58.

¿Ronaldinho?

Sin tanta samba, habría sido aún más de lo que fue.

¿Kyrgios?

Fácilmente, el talento más desperdiciado del tenis moderno.

La comodidad se ha convertido en el nuevo Dios.

Nos promete paz mientras nos roba el propósito.

Te adormece.

Te apaga el fuego.

El hambre.

La ambición.

Y lo entiendo.

Es tentador.

Lo fácil siempre lo es.

Pero no es inevitable.

Hay otro camino.

El que siempre funciona.

El que deja de buscar excusas para encontrar resultados.

El que no pretende hacerte sentirte bien, sino hacer el bien.

El de afrontar la verdad aunque duela.

El de buscarte problemas de verdad.

No los que avergonzarían a un niño de cinco años.

¿Te molesta la opinión de un desconocido en redes sociales?

¿Te enfada el tráfico mañanero?

¿Te estropea el día que te cobren mal el desayuno?

Búscate problemas más grandes.

Mucho más grandes.

Y cuanto antes, mejor.

Deja de buscar validación externa.

Deja de confundir amor con sumisión.

Amabilidad con complacencia.

El progreso no pasa por hacer lo que quieres.

Ni por “seguir tus pasiones”.

Pasa por seguir adelante cuando no quieres hacerlo.

Por el esfuerzo.

Por la incomodidad.

Por el placer de superarte a ti mismo.

No encontrarás la satisfacción en el sofá de tu casa.

La encontrarás justo después de querer rendirte…

….y no hacerlo.

Sólo en ese momento se abrirán las puertas de la autorrealización.

Y, entonces, todo cobrará sentido.

Todo habrá merecido la pena.

No tienes que creerme.

Tú ya sabes que es verdad.

No te dejes engañar por lo fácil.

No te dejes llevar por la corriente.

Levántate… y no te vuelvas a sentar.

Te leo.

Iñaki Arcocha

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