La Vida es una Guerra

Un soldado japonés luchó durante treinta año en la selva sin saber que la guerra había terminado.

Hiroo Onoda recibió una orden muy precisa en 1944: resiste y no te rindas jamás.

Y así lo hizo.

Vaya que sí.

Durante tres décadas sobrevivió en la isla Lubang de Filipinas.

Sin comida.

Sin compañeros.

Sin nadie en absoluto.

Solo.

En su máxima soledad.

Pero contaba con algo aún más poderoso que le mantuvo vivo:

Su absoluta convicción en que la guerra continuaba.

Y, por tanto, sus órdenes seguían vigentes.

En 1974, un aventurero japonés le encontró.

Lo primero que le dijo es que la guerra había terminado mucho tiempo atrás.

Onoda no le creyó nada.

Sospechaba que era una trampa del enemigo para atraparlo.

Tal era su fe que las autoridades japonesas tuvieron que buscar a su antiguo comandante.

Sólo él podía darle la orden de rendirse.

Incluso fue necesario que viajara en persona a la isla para relevarle allí mismo de su servicio.

El 9 de marzo de 1974, por fin, Onoda se rindió y volvió a su vida civil.

Tenía 54 años.

El mundo entero se hizo eco de la historia y lo llamaron “El Último Soldado”.

La lección que nos deja a todos nosotros es muy clara:

Nunca dejes de luchar por lo que crees.

Con una sutil advertencia:

Adaptarse y evolucionar es la única manera de triunfar.

¿Qué impulsaba a Onoda?

¿Convicción?

¿Locura?

Puedes pensar cualquier de la dos cosas.

Pero ahora visualízate a ti mismo de esta manera:

Aplicando esa dedicación, esa disciplina, esa determinación a cualquier aspecto de tu vida.

¿Tus hijos?

Serás el mejor padre del mundo.

¿Tus amigos?

Todos querrán tenerte cerca.

¿Tu trabajo?

Llegarás hasta donde quieras llegar.

Porque la constancia y las ideas claras lo son todo.

Tener un propósito.

Un rumbo.

Y seguirlo.

Contra viento y marea.

Haga frío o calor.

Te apetezca o no.

Sólo puede terminar bien.

No hay otra.

¿Y si nada te apasiona?

¿Y si no tienes ningún objetivo que te quite el sueño?

Búscalo.

Encuéntralo cuanto antes.

Así descubrirás hasta dónde te lleva la determinación unida a la fuerza de voluntad.

Mucho, mucho más lejos de lo que imaginas.

Por no hablar de lo que te vas a divertir por el camino.

Que, al final, es lo mejor de todo.

Empieza hoy.

Hazme caso.

No esperes a mañana.

Y ya me lo agradecerás otro día.

Te leo.

Iñaki Arcocha

[email protected]

P.D: Si te gustan estas newsletters, compártelas con tus amigos en el siguiente enlace: https://arcochacapital.beehiiv.com/subscribe

P.D 2: Y si no te gustan, compártelas con tus enemigos para que se fastidien: https://arcochacapital.beehiiv.com/subscribe