Levantarte o Lamentarte

Luis Enrique Martínez García, conocido simplemente como Luis Enrique, es un exjugador y entrenador de fútbol español.

A lo largo de su extensa carrera, fue emblema tanto del Real Madrid como del Barcelona, y también ha dejado su huella como seleccionador español.

Sus éxitos deportivos sólo son comparables con los innumerables titulares que ha dado a los periodistas a lo largo de los años.

Luis Enrique es capaz de polarizar a la audiencia como nadie y al igual que la Ópera, o lo amas o lo odias.

No hay termino medio.

Recientemente lo volvió a hacer en un documental para Movistar + en España, donde abrió de par en par el tarro de las esencias.

Por un lado, dejó muy clara su opinión sobre los periodistas deportivos:

“No tenéis ni puta idea”.

Así, sin anestesia.

Y por otro lado, nos dejó una lección de vida de las que te remueven por dentro.

La hija pequeña de Luis Enrique, Xana, falleció a una edad muy temprana tras una dura lucha contra el cáncer.

Una tragedia devastadora para cualquier familia, pero no así en el caso de Luis Enrique.

¿Yo me puedo considerar afortunado o desgraciado?

Yo me considero afortunado.

Muy afortunado.

Pero, si se te ha muerto una niña con 9 años.

Bueno, mi hija vino a vivir con nosotros 9 años maravillosos y tenemos 1000 recuerdos con ella.

Mi madre no podía tener fotos de Xana en su casa, hasta que le dije que tenía que poner fotos de ella porque estaba viva.

No en el plano físico, pero sí en el espiritual, porque cada día hablamos de ella, nos reímos y la recordamos.

Xana todavía nos ve, entonces, ¿cómo quiero que Xana piense que vivimos su ausencia?

¿Puede haber un mensaje más poderoso que este?

A todos nos suceden desgracias, es algo inevitable.

El dolor es parte de la vida.

El sufrimiento es una certeza universal.

Pero lo que hacemos con ese sufrimiento, cómo decidimos enfrentarlo, eso está en nuestras manos.

No podemos evitar todas las piedras que nos encontramos en el camino, pero sí podemos decidir cómo las sorteamos.

Rocky Balboa ya se lo dijo a su hijo en el cine:

“Ni tú, ni yo, ni nadie golpea más fuerte que la vida.

Pero no se trata de lo fuerte que golpeas, sino de lo fuerte que puedes ser golpeado y seguir adelante. De cuánto puedes aguantar y seguir adelante”.

Luis Enrique podría haberse sentido un desgraciado por perder a su hija tras una terrible enfermedad.

Pero eligió sentirse afortunado por los 9 años que compartieron con ella y por los imborrables recuerdos que les dejó.

Ese es el verdadero desafío de la vida: no se trata de huir de unos problemas que siempre serán más rápidos que tú, sino de desarrollar la fortaleza necesaria para enfrentarlos.

Se trata de ELEGIR sacar lo mejor de las peores situaciones posibles.

Así es como consigues una vida plena y feliz.

Al igual que Luis Enrique, yo también espero encontrarme en el más allá con mis seres queridos para ponernos al día.

En mi mano está recordarles con alegría y que se sientan orgullosos de su legado.

Y si yo puedo hacerlo, tú también.

Te leo.

Iñaki Arcocha

[email protected]

P.D: Luis Enrique hablando de su hija.

Sobran las palabras.

tiempofutbolero

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