- Arcocha Capital
- Posts
- Lo Perfecto es enemigo de lo Bueno
Lo Perfecto es enemigo de lo Bueno
Voltaire
¿Cuántas veces nos preparamos para una tarea que al final no llevamos nunca a cabo? Queremos hacer más deporte y nos compramos ropa nueva, zapatillas para correr y pagamos la cuota del gimnasio al que nunca vamos. Nos proponemos leer más y llenamos nuestras estanterías de los últimos best sellers y recomendaciones de Amazon que nunca empezamos a leer.
Sin duda alguna, los dueños de gimnasios y las editoriales agradecen enormemente nuestro esfuerzo por “querer hacer cosas” aunque nunca las llevemos a cabo. A ellos no les preocupa si pasamos de las intenciones a los actos, pero a nosotros sí debería importarnos.
Nuestra conciencia se queda más tranquila cuando planificamos nuevos propósitos y nos preparamos para abordarlos. Los castillos en el aire que creamos en nuestra mente y las listas de “cosas por hacer” nos llenan de dopamina y nos producen una sensación agradable. Por fin nos estamos poniendo en marcha.
Sólo que no es así.
Tus músculos no van a crecer si no empiezas a levantar pesas, y tu corazón no mejorará si nunca te calzas esas zapatillas último modelo que compraste el mes pasado. Las personas más exitosas de la Historia fueron siempre aquellas que entraron en acción, no las que se quedaron durmiendo planificando.
La fortuna sonríe a los audaces.
Planificar es buenísimo e incluso recomendable, pero ponerse en movimiento no sólo es mucho mejor sino absolutamente imprescindible.
Los autoengaños que elaboramos para retrasar la puesta en acción son innumerables: ahora no es el momento, mejor empezar un lunes, cuando termine este pico de trabajo estaré más tranquilo etc. De todos ellos, mi favorito es el de la búsqueda de la perfección.
Al cerebro humano le gustan poco las escalas de grises; prefiere un mundo binario de blanco o negro, por lo que la idea de hacer algo de manera perfecta o no hacerla, es tremendamente sugerente. Cuando planeamos un nuevo objetivo, nuestra mente vuelve a sabotearnos entre susurros.
“Si empiezas ahora sin tener toda la información, luego tendrás que repetirlo”.
“El próximo mes estarás mucho más convencido y con más motivación para conseguirlo”
“Lo más probable es que alguien ya lo esté haciendo y mejor que tú, no pierdas el tiempo y busca algo totalmente original”
La búsqueda de la perfección es la forma más sofisticada de procastinación que existe. Es una mentira tan bien elaborada que no nos hace sentirnos mal. Nos decimos a nosotros mismos que es mejor no hacerlo, hasta que podamos conseguirlo sin cometer ningún error. Y lo peor es que nos lo creemos.
Esta trampa mental se hace fuerte en la confusión entre excelencia y perfección. Por supuesto que debemos aspirar a realizar nuestros proyectos vitales de la mejor manera posible, pero eso no significa que no cometamos errores y vayamos mejorando a lo largo del tipo. Sacar un 8 sobre 10, es mucho mejor que no presentarse al examen.
La búsqueda de la perfección nos paraliza y nos mantiene en un permanente estado de preparación. Nos quedamos en la lista de la compra sin ir nunca al supermercado a comprar.
Lo que se nos olvida con frecuencia es algo que ya sabemos, que en esta vida, no hay nada que merezca la pena que se consiga sin esfuerzo.
Deja de pensar tanto y actúa.
Intentar y fracasar te lleva al aprendizaje, no intentarlo jamás, sólo al arrepentimiento.
Te leo.
Iñaki Arcocha