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Miradas Amables
La Historia del Mentalista del Tenis
Si no eres un gran aficionado al tenis, el nombre de Patrick Mouratoglou probablemente no te diga gran cosa.
Si, además, te digo que le llaman “el mentalista”, pensarás que se me ha ido la cabeza.
Sin embargo, si te menciono que este entrenador, comentarista deportivo y empresario francés tiene una de las mejores academias de tenis del mundo, donde ha trabajado con figuras como Serena Williams, Stefanos Tsitsipas o Grigor Dimitrov, seguramente te interese más.
La realidad es que Mouratoglou es una de las voces más respetadas y reconocibles dentro del circuito internacional de tenis.
Hoy disfruta de fama, dinero y el respeto de los jugadores y entrenadores de todo el mundo.
Pero no siempre fue así.
El pequeño Patrick era un niño tímido, extremadamente retraído e introvertido.
Tanto era así, que durante gran parte de su infancia y adolescencia, fue absolutamente incapaz de comunicarse con nadie.
Ni con amigos ni familiares.
Ya en su edad adulta, su condición le limitaba tanto que a los 26 años decidió asistir a terapia especializada para abrirse al mundo.
Durante un año entero fue absolutamente incapaz de decirle una sola palabra a su terapeuta.
Se sentaba en el despacho del psicólogo, escuchaba todo lo que tenía que decirle durante una hora y no soltaba una sola palabra.
Cero.
Aquello no minó su determinación sino todo lo contrario.
Se dio más cuenta que nunca de que tenía una limitación enorme, pero también de que tenía la determinación y el coraje necesario para cambiarlo.
Ocho años después, lo consiguió y se convirtió en el hombre que es hoy.
En el colegio, Patrick ya tuvo grandes problemas de adaptación, pero al mismo tiempo vio las primeras luces al final del túnel.
Sus notas no eran buenas y los profesores llamaban continuamente a sus padres para transmitirles toda clase de problemas en la educación de su hijo.
Menos un profesor que les dio un punto de vista diferente durante una reunión.
Lo que les dijo aquel profesor a los padres es que, dada la mente inquieta de su hijo y su capacidad de abstracción, lo más probable es que terminara dedicándose a algún trabajo altamente creativo.
Aquello fue una revelación que le cambió la vida.
Ese profesor se enfrentaba a las mismas dificultades que el resto para enseñar cualquier cosa a Patrick.
Pero donde los demás veían únicamente problemas, él vio una oportunidad.
No se enfocó en lo que Patrick no podía hacer, sino en lo que sí podía porque era bueno en ello.
Y, al final, todo en esta vida se reduce a eso, a la manera en la que afrontas los problemas.
A decidir si miramos a la gente de manera amable o no.
Mouratoglou se ha encontrado a muchísimos padres que, cuando le llevan a su hijo a la academia y les pregunta cómo es el niño, lo primero que responden es: “El problema de mi hijo es…”
“¿Cómo que “el problema es”? Te he preguntado por cómo es, no por los problemas que tiene”.
No puedes cambiar un mal comportamiento fijándote únicamente en lo negativo.
La manera en la que te aproximas a las dificultades determina tu capacidad para superarlas.
Si en un juego de tenis pierdes dos puntos seguidos, puedes lamentarte de los errores que has cometido o enfocarte en lo que puedes hacer en el siguiente punto para ganarlo.
¿Cuál de las dos maneras crees que te dará más posibilidades de ganar?
Te leo.
Iñaki Arcocha