Muestras tus Defectos

El Halago Debilita

No hay duda de que Arnold Schwarzenegger posee uno de los físicos más espectaculares de la historia del culturismo.

El siete veces ganador del Mr. Olympia, el título más prestigioso del mundo, logró transformar un deporte minoritario y para frikis, en un fenómeno de masas en Estados Unidos.

La actual fiebre por el fitness y el mundo del gimnasio nace en California en los años 70, impulsada por Arnie, su inseparable Franco Columbu y el resto de su grupo de entrenamientos.

Sin embargo, hasta los más grandes tienen sus puntos débiles.

En el caso de Arnold, no se trataba de su talón, pero sí de una parte de su cuerpo cercana: los gemelos.

Al inicio de su carrera, Arnold Schwarzenegger tenía unos gemelos muy poco desarrollados que le avergonzaban.

Eran tan pequeños que la mayoría de las fotos de esa época lo muestran de frente o incluso en el agua, para ocultar esa parte del cuerpo.

No ayudaba en nada que, cada vez que entraba en un gimnasio o participaba en una exhibición pública, recibía elogios por sus brazos, su pectoral o cualquier otro punto fuerte de su anatomía.

La constante admiración le impedía enfocarse en sus puntos débiles.

Hasta que comprendió que podía utilizar esa tendencia en su mayor aliada.

Si mostraba sus gemelos constantemente, la gente los vería junto con el resto del cuerpo, y sería más difícil que continuaran adulándolo sin más.

Y así lo hizo.

Una buena mañana cortó las perneras de todos sus pantalones y decidió exponer sus gemelos siempre.

Se acabó esconderlos al mundo, y lo más importante, se acabó escondérselos a sí mismo.

Con el tiempo, y después de mucho trabajo, el “Roble Austriaco” consiguió desarrollar uno de los mejores gemelos de su época, y nunca más volvió a avergonzarse de ellos.

El halago debilita.

Y lo peor es que te hace más vulnerable a la crítica.

Las alabanzas y los reproches son dos vasos comunicantes que no se pueden separar.

Si te encanta que te regalen los oídos, va a ser imposible que no te afecten las críticas.

Y creéme, siempre vas a ser criticado, especialmente si tienes éxito en lo que emprendas.

Lo mejor que puedes hacer para protegerte, es tomar cierta distancia con ambos extremos.

No venirte muy arriba con los halagos te ayudará a no hundirte cuando las cosas vayan peor.

Ah, y exponer tú mismo tus mayores defectos es otra táctica que funciona muy bien.

No sólo hará que sea más difícil que te elogien sin razón, sino que, como premio, eliminarás una herramienta que otros podrían usar para hacerte daño.

Si aceptas su fallos, nadie más podrá utilizarlos en tu contra.

Te leo.

Iñaki Arcocha

P.D.: Para dar ejemplo, te pongo el enlace a un vídeo en el que cuento mis 5 mayores errores a la hora de invertir.

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