No me Canso de Equivocarme

Pero voy mejorando

Lo he vuelto a hacer.

Me he equivocado.

Podría echarle la culpa a otros.

Pero no sería justo.

Ni haría honor a la verdad.

Es mi culpa.

Única y exclusivamente.

Acepté una propuesta de colaboración para la que no tenía tiempo.

Y lo sabía.

Pero no supe decir que no.

Más bien, no quise.

Preferí complacer.

Así que tiré para adelante.

Y cada vez que me metía más en el proyecto…

…más claro tenía que no iba a poder hacerlo.

Que no era el momento.

Ni la ocasión.

Y que terminaría mal.

Pero….

Me autoengañé.

Decidí empujar la lata un poquito más.

Como vaya viniendo, iré viendo

¿Qué pasó al final?

Que me llegó la gota que colmó el vaso.

Y lo paré.

Al final, final, final del todo.

Justo antes de comenzar.

En el peor momento para la otra parte.

Quedando mal con ellos.

Peor conmigo mismo.

Y sintiéndome bastante ridículo.

Cagada Máxima.

Ahora te podría decir que ha sido lo mejor.

Total, si no iba a terminar bien…

….mejor pararlo aunque sea en el último minuto.

Ya sabes: que es lo mejor para las dos partes y bla bla bla.

Mentira.

Una más.

Está lo correcto….

….y lo que no lo es.

Yo lo sé.

Tú lo sabes.

Y el vecino de enfrente también.

Lo acertado habría sido ser valiente.

No dejarme llevar por la emoción.

Medir mejor mis fuerzas.

Hacer lo que sabía que tenía que hacer desde el primer segundo.

Tan sencillo como decir….

No.

Siempre me ha costado esa simple síbala.

Mi tendencia natural es aceptar todo lo que me proponen.

Unas veces por vergüenza.

Otras por caridad cristiana mal entendida.

Y otras, simplemente, por querer agradar.

El problema es que no se puede estar en todas partes.

Ni llegar a todo.

Nadie puede.

Y yo no soy una excepción.

Lo que me he ha costado más reconocer es que, en el fondo…

….todo es por culpa de mi mentalidad de escasez.

De temer a que, si digo que no. me estoy perdiendo algo importante.

Ese trabajo,

ese café de compromiso,

esa reunión que no me interesa nada…

…puedan ser la puerta a un gran negocio.

Como si dejara pasar un tren.

Como si no me fueran a llegar otra oportunidad jamás

Miedo.

Escasez.

Pero la realidad es bien distinta.

Si trabajas lo suficiente, nunca te faltará trabajo.

Si vives la vida con ilusión y motivación, siempre habrá nuevas puertas por abrir.

Si unes constancia, esfuerzo y disciplina, disfrutarás de una vida llena de abundancia.

No estás dejando pasar nada.

Simplemente estás decidiendo estar donde quieres estar.

No los otros por ti.

Sino tú por ti mismo.

Siendo el dueño de tu propio destino.

Y sin volver a engañarte a ti mismo jamás.

Decide.

O vives pensando que todo se acaba.

O aceptas que hay mucho más de lo que puedes abarcar jamás.

Yo tengo claro cuál es el camino correcto.

Y tú….

También.

Te leo.

Iñaki Arcocha

📖 Mi libro: 50 Historias, 50 Meditaciones Modernas
👉 Cómpralo aquí en Amazon

💬 Si ya lo leíste, no olvides dejar una reseña. 🙌

🔹 No lo leerás en ninguna otra parte.

📩 Suscríbete a mi newsletter para no perderte ninguna historia:
👉 Suscribirme aquí

P.D.: ¿Sigues ahí? Eso es que te ha gustado... Compártela con quien tú sabes. Sí, con todos ellos.

P.D.2.: ¿Te preocupa algo en especial? Escríbeme, y la próxima vez hablaré de ello. Así podrás presumir de que fue idea tuya.