- Arcocha Capital
- Posts
- Nos Faltó un Abrazo
Nos Faltó un Abrazo
Espérame un poquito más
Este 7 de marzo habrías cumplido 50 años.
Me sigue pareciendo imposible pensar que te fuiste hace 17 años.
A los 33.
La edad de Cristo, lo cual, en tu caso, no podría ser más oportuno.
Siempre fuiste un tío muy religioso, con una Fe inquebrantable.
Nunca te quejaste.
Ni un sólo día durante tu enfermedad.
Tampoco cuando supiste que ya no había nada que hacer.
Ni siquiera cuando el dolor apenas te dejaba caminar.
No te enfadaste con el mundo, ni con la vida.
Mucho menos contra el destino.
Aceptaste todo con una sonrisa.
Con esperanza.
Con alegría.
Haciendo lo que mejor sabías hacer:
Mejorar la vida de los demás y poner a todo el mundo por delante de ti mismo.
En nuestra última llamada por teléfono, una semana antes de que te fueras, todavía me hablaste de planes de futuro.
Lo hiciste con tanta seguridad, que hasta yo mismo pensé que se obraría el milagro.
Pero no.
Simplemente, era tu forma de ser:
Para adelante, siempre.
Me cuesta aceptar que en mayo yo cumpliré 46 años.
En mi recuerdo, tú siempre serás cuatro años mayor que yo.
Los muertos nunca envejecen en nuestra memoria.
Se quedan congelados en el tiempo.
Siempre serás como la última vez que te vi.
Fernando, no sólo eras mi mejor amigo.
En realidad, eras el mejor amigo que nadie podría imaginar.
También fuiste mi “padre espiritual”, como tanto te gustaba recordarme.
El espejo en el que mirarme.
La voz de mi conciencia.
Mucho más que un mentor, un verdadero hermano mayor al que admirar.
Incluso hoy, me sigues ayudando todos los días.
Cuando dudo y no sé qué hacer, siempre encuentro la misma solución:
Hacer lo que harías tú.
Así sé que no me voy a equivocar.
De entre los dos, me quedo contigo.
Todos los días de la semana.
Porque siempre fuiste el mejor.
Mejor persona.
Mejor hijo.
Dios sabe que mucho mejor amigo de lo que fui yo…..
…..las cosas que me aguantaste….madre mía.
De hecho, justo antes de tu enfermedad, no estábamos en nuestro mejor momento.
Después de más de veinte años de amistad, vivíamos un bache en nuestra relación.
Para mí, seguías siendo mi mejor amigo, pero sé que al revés ya no era así.
Como siempre, mucho más culpa mía que tuya.
Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe.
Todos los días pensaba en llamarte para arreglarlo.
Pero me encontraba las mismas excusas de siempre:
“ Trabajo, rutina…”
“ Mañana lo hago.”
“ El finde quedamos.”
Nunca tuvimos esa última conversación.
Tu enfermedad se impuso a todo los demás.
Es lógico.
Y cuando te vi en el hospital, sólo pude cogerte la mano por última vez.
Ya te habías ido.
Pero te quedarás en mí para siempre.
Desde arriba, sé que me has perdonado.
Pero habría preferido hablarlo en persona.
No permitas que te suceda algo así.
No dejes una conversación a medias.
No dudes en hacer esa llamada.
En dar ese abrazo.
En decir lo que sientes.
Un día querrás… y ya no podrás.
Fer, nos volveremos a ver.
Y nos daremos aquél abrazo que nos faltó.
Pero todavía no.
Espérame un poquito más, que aún tengo muchas cosas que hacer.
Te echo de menos.
Te leo.
Iñaki Arcocha
P.D: Si te gustan estas newsletters, compártelas con tus amigos en el siguiente enlace: https://arcochacapital.beehiiv.com/subscribe
P.D 2: Y si no te gustan, compártelas con tus enemigos para que se fastidien: https://arcochacapital.beehiiv.com/subscribe