Nunca Sumes

Los dúos cómicos son una tradición española tan nuestra como la tortilla de patatas o la paella.

¿Que no?

La generación de mis padres tuvo a Tip y Coll.

La mía comenzó con Martes y Trece, para luego pasar a Cruz y Raya o a Faemino y Cansado.

Todos muy buenos en su estilo.

Aunque reconozco que el humor absurdo de estos últimos es mi debilidad.

Los que nunca me hicieron demasiada gracia fueron Los Morancos.

Los hermanos Cadaval han actuado juntos por Andalucía y el resto de España durante más de treinta años.

Haciendo reír- a mí no- a decenas de miles de personas.

Lo que sí les reconozco es un carisma y una simpatía natural muy difíciles de conseguir.

Sin duda, ayuda el hecho de que sean hermanos inseparables y bien avenidos.

Y, por supuesto, la maravillosa educación recibida en casa.

Jorge y César Cadaval son, respectivamente, el mayor y el menor de los hermanos varones.

Además, tienen una hermana pequeña.

Seis hermanos en total.

Todos unidos y apoyándose mutuamente durante toda su vida.

Quizás una de las razones de esta familia tan bien avenida la encontremos en la frase que su padre les repetía siempre de niños:

La familia está para restar, nunca para sumar.

Sí, restar y no sumar.

Restar problemas.

Quitar penas.

Eliminar tristezas.

Para eso necesitamos a nuestros padres y a nuestros hermanos.

¿Con cuánta frecuencia te apoyas en ellos para justo lo contrario?

Yo, muchas más veces de las que me gusta reconocer.

Pero voy mejorando.

Lo más curioso de Los Morancos es que Jorge y César tienen personalidades absolutamente opuestas.

Me recuerdan muchísimo a mis hijos, Iñaki y Ander, o a mis hermanas mayores, que no pueden ser más diferentes… y a la vez más inseparables.

Distinto carácter.

Distinta personalidad.

Distinta forma de entender la vida.

Pero igualmente unidos para siempre.

Han estado juntos en todos los momentos felices y también en los tristes.

En las risas.

En los llantos.

Y en todo lo que hay en medio.

Siempre nos enorgullecemos de la familia que elegimos: nuestros amigos.

Y solemos quejarnos de la carga que supone, en ocasiones, la familia que nos ha tocado.

Probablemente porque nos hemos preocupado más en sumar que por restar.

Todos queremos a nuestro alrededor personas que nos hagan la vida más fácil.

Nunca más difícil.

Si no empiezas con los que más te quieren de la manera más incondicional….

¿Con quién si no?

Te leo.

Iñaki Arcocha

[email protected]

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