Regalos y Halagos

Estoy en el Camino Correcto

El otro día recibí un regalo muy especial en mi bandeja de entrada.

Mi primer hater.

Un suscriptor, ya ex suscriptor, me envió un email para comentarme sus impresiones sobre mis últimas newsletters.

Digamos que no le gustaron especialmente.

Ouch.

Ahora te podría decir que me lo tomé bien, me reí y lo olvidé al instante después de borrar el email.

Y te estaría mintiendo.

La realidad es que lo leí y releí varias veces.

Escribí media docena de respuestas:

Primero una agresiva.

Luego otra más conciliadora.

También una que decía algo así como “Ok”.

Al final, no me pude contener y le envié un par de frases rápidas, lo justo para zanjar el asunto y acallar mi conciencia.

¿Eso fue todo?

No.

Después vinieron las dudas.

¿Tiene razón en sus críticas?

¿Estoy aportando algo o tan sólo alimentando mi ego?

¿Debería dejarlo y pasar a otra cosa?

De postre, cometí el peor error para cualquier escritor: releer mis textos antiguos.

Buffffff…….

Todas mis newsletters pasadas me parecían vacías y repetitivas.

Más dudas.

Hasta que finalmente, se lo conté a la mujer de mis sueños, quien me dio la respuesta que necesitaba oír:

“¿Pero tú estás loco o qué? Déjate de tonterías y sigue escribiendo”.

Si cuando tiene razón, la tiene.

La realidad es que no podemos gustarle a todo el mundo todo el tiempo.

Es imposible.

Diría incluso que es indeseable.

Como decía al principio, toda crítica es un regalo.

Y también un halago.

Es un regalo porque te obliga a reflexionar y mejorar.

Todo se puede hacer un poquito mejor cada vez.

Y es un halago porque significa que has provocado una reacción.

Has tocado una fibra sensible.

Piensa en mi caso.

Mis newsletters rara vez superan las 700 palabras, de las cuales la mitad suele ser una historia curiosa o interesante.

Por ahí no está el problema.

Así que he logrado ofender a alguien con apenas 300-400 palabras, justo donde desarrollo mi reflexión final.

No está nada mal.

Es imposible alcanzar cierto nivel de competencia sin despertar sentimientos encontrados.

Buenos y malos.

La única forma de evitar comentarios negativos es generando la más absoluta indiferencia.

Pero en el momento en que provocas emociones, prepárate.

Saltarán sobre ti para ladrarte pero también para abrazarte.

Nunca llueve a gusto de todos y siempre va a haber gente a la que no le guste lo que hagas.

No te dejes llevar por las opiniones de los demás, te volverás loco y sólo volarás en círculos.

Actúa siempre bajo la premisa que nunca falla:

Tu casa, tus reglas.

El que las acepte, bienvenido.

El que no, ya sabe dónde está la puerta.

Por eso, hoy me siento muy afortunado de tener mi primer hater.

Porque eso significa que también estoy aportando algo positivo a quienes disfrutan de mis emails.

¿De qué me arrepiento?

De haberle dedicado tanto tiempo.

Lo mejor habría sido contestar con el silencio.

Cri, cri…..ruido de grillos y a otra cosa.

Tendría que haberlo dejado pasar, pero claro, en su crítica mencionó mi newsletter sobre Nolan y Batman.

Ahí tuve muy claro que era algo personal.

A mí me puede criticar lo que quiera…….pero a Batman……no, my friend.

Eso sí que no se lo perdono.

Te leo.

Iñaki Arcocha

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