Rendirse Nunca.

Arrepentirse Jamás.

Hoy parece imposible.

Pero en los 90, Pixar estaba al borde de la bancarrota.

Sí, Pixar, la de Los Increíbles, Buscando a Nemo, Wall-E y un largo etc…

Inciso.

Si has visto Up y no has llorado, corre al hospital a que te trasplanten un nuevo corazón.

El caso es que Steve Jobs, el de Apple, había invertido millones en comprar la compañía a Lucasfilm.

Sí, el de Star Wars.

Pero ni con tanto genio en la trastienda lograban salir de los números rojos.

Todavía no había logrado llevar sus sueños del papel a la pantalla digital.

Jobs estaba a punto de tirar la toalla.

Y, con ella, los diez millones de dólares que había invertido.

Pero se dio una última oportunidad.

Un último proyecto.

La primera película animada creada completamente por ordenador.

Nadie lo había hecho antes.

Nadie sabía si el público compraría aquella historia.

Una historia escrita y reescrita varias veces, porque Disney, que financió el proyecto, no lo tenía claro.

Las tensiones creativas entre Pixar y Disney fueron apoteósicas.

Las fechas límite eran imposibles.

Y no había margen de negociación.

Este era su último cartucho.

Jobs volvió a maldecir el día que se metió en el proyecto.

Hasta que el equipo creativo tomó la única decisión que podía salvarlos.

En lugar de esquivar las dificultades, decidieron abrazarlas.

En lugar de buscar atajos fáciles para contentar a los altos directivos, decidieron convencerlos.

En lugar de ir a lo fácil, escogieron lo correcto.

A contrarreloj, reconstruyeron escenas desde cero, asumieron riesgos creativos incalculables y programaron como si no hubiera un mañana.

¿El resultado?

Una historia increíble sobre unos juguetes infantiles que cobran vida cuando no están con sus dueños.

Una historia de dos grandes amigos: Woody y Buzz Lightyear, que le robó el corazón a millones de espectadores.

Toy Story fue un éxito sin precedentes que aún resuena en la actualidad.

Lo fácil habría sido dejarse llevar.

Rendirse.

Someterse.

Pero Pixar sabía que ese camino no lleva a ninguna parte.

Al menos, a ninguna que quieras estar.

La magia siempre se encuentra en el trabajo que estás evitando.

En los miedos que prefieres evitar.

En los desafíos que te paralizan.

Ahí es donde ocurre todo lo importante.

¿Tienes un proyecto aparcado porque nunca es el momento perfecto?

¿Te queda una conversación pendiente que te quita el sueño?

¿De verdad que sigues dejando para mañana lo que sabes que tienes que hacer?

No te hagas eso.

No mires para otro lado.

No esperes a arrepentirte.

Hoy es el primer día del resto de tu vida.

Haz que cuente.

Te leo.

Iñaki Arcocha

P.D: El comienzo de Up…..vamos no me fastidies.

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