- Arcocha Capital
- Posts
- Sea Nuestro Sí Sí, Sea Nuestro No No
Sea Nuestro Sí Sí, Sea Nuestro No No
La verdad es la mayor aventura de la vida
Muchos de los momentos más importantes de mi vida, aparte de aquellos que comparto con mis dos hijos, están vinculados a mi época en el Colegio Gaztelueta de Bilbao. Durante mis 12 años en la escuela, que abarcaron todo el ciclo educativo obligatorio, forjé mi carácter, mis valores y encontré a los mejores amigos que uno podría imaginar.
Reunirnos recientemente para celebrar los 25 años desde que salimos del colegio fue como subirse al DeLorean y regresar al pasado, descubriendo que entonces, éramos mucho más felices de lo que creíamos. El reencuentro con compañeros a los que no veía en años y comprobar que seguíamos igual, con alguna cana y kilo de más pero con los mismos códigos y roles de entonces, fue, en palabras de nuestro compañero Emilio, “una vuelta a la patria de nuestra infancia”.
Si los amigos son la familia que uno elige, yo no he podido ser más afortunado en ese sentido.
El colegio pertenecía y aún pertenece a la Obra del Opus Dei por lo que la educación en valores es un pilar esencial del centro. Tratar de usted a los profesores, algo que seguimos haciendo 25 años después, levantar la mano antes de hablar y ser respetuosos con los demás, fueron imperativos en nuestra educación.
También, y muy especialmente, se enfatizaba en decir la verdad por encima de todas las cosas.
Recuerdo una vez que en medio de una discusión con un profesor, me preguntó por qué debería creerme cuando todo apuntaba en mi contra, a lo que del tirón le respondí con el lema del Colegio: “Sea Nuestro Sí, Sí, Sea Nuestro No, No”. Es decir, que la palabra sincera de un alumno no se puede poner en duda.
El profesor se quedó un poco paralizado y dudando entre mandarme a paseo o pegarme un bofetón, pero afortunadamente se resignó y me despachó con un “anda, tira para allá”.
Como señala el psicólogo canadiense Jordan Peterson, decir la verdad es la gran aventura de la vida. Es la máxima expresión de libertad que un ser humano puede experimentar y la mejor forma de mantenerte cerca de la realidad. Mentir es justo lo contrario, es ir en contra de la naturaleza de las cosas e implica una gran soberbia personal. ¿Quiénes somos nosotros para ir en contra de la realidad?
No mentir siempre aumenta las probabilidades a tu favor, ya que remas a favor de la corriente. Esta es su gran ventaja frente a la mentira, aunque tiene el precio de ser mucho más difícil de mantener. En muchas ocasiones, incluso nos resulta difícil confiar en la verdad aunque la tengamos delante de los ojos. La envidia, los celos, la ira, la lujuria y el resto de pecados capitales no nos lo ponen nada fácil.
No seré yo quien diga que nunca fallo en decir la verdad; Dios sabe que no es así. Pero al menos procuro no mentirme a mí mismo. Si algo me enseñaron en el colegio es que las mentiras más peligrosas son siempre las que nos contamos a nosotros mismos.
Sobre todo si terminamos por creérnoslas.
Te leo.
Iñaki Arcocha