Sin Excusas

La Meritocracia no conoce de Grises

Recientemente, uno de mis seguidores en YouTube me corrigió algo que mencioné en uno de mis vídeos.

Yo afirmaba que personalidades como Bill Gates o Jeff Bezos se habían hecho a sí mismos, partiendo de la nada.

En los comentarios, este atento seguidor me señaló que los padres de Gates tenían una buena posición y que Bezos recibió ayuda económica de su familia.

En resumen, no comenzaron de cero.

¿Y sabéis qué?

No conocía estos detalles, pero honestamente, me dan igual.

No cambian en nada el fondo del asunto y, si piensas lo contrario, lo siento pero eres un mediocre.

¿Suena muy duro?

Puede ser, pero en este mundo lleno de grises, algunas cosas siguen siendo blanco o negro.

Al igual que no puedes estar medio casado, medio embarazado o ser medio honesto, tampoco puedes creer a medias en la meritocracia.

O crees en ella, o no.

O confías en que con esfuerzo, talento y una dosis de buena suerte puedes llegar lejos, o te buscas todas las excusas del mundo para no intentarlo.

Y créeme, nadie superar al ser humano en el arte de buscar excusas.

No tengo dinero.

No soy lo suficientemente inteligente.

No tengo buena genética.

No tengo tiempo.

No tengo suerte.

El profesor me tiene manía.

Mi jefe me tiene envidia.

Y un largo y triste etc…

La realidad es que tanto Gates, como Bezos o cualquiera de las millones de personas que recibieron alguna ayuda, herencia o golpe de suerte en su vida, habrían alcanzado el éxito de cualquiera manera.

¿Más grande o más pequeño que el que obtuvieron?

No lo sé.

Pero estoy absolutamente convencido de que mucho más que el promedio.

Oprah Winfrey nació en la pobreza más absoluta, hija de una madre soltera, y sufrió abusos sexuales en su adolescencia.

Eso no le impidió convertir su programa de televisión en uno de los más populares e influyentes de la historia, ni ser nominada al Oscar por “El Color Púrpura”.

Howard Schultz fue el primero de su familia en ir a la universidad y creció en viviendas de protección oficial.

Años después, transformó una pequeña cafetería en Seattle en el Starbucks que todos conocemos hoy.

Jack Ma tardó cuatro años en aprobar los exámenes de acceso a la universidad en China y fue rechazado diez veces por Harvard.

A pesar de ello, se convirtió en uno de los empresarios más ricos de China tras fundar Alibaba.

Y podría seguir todo el día con ejemplos de éxito partiendo de condiciones ultra precarias.

¿Hay gente que comienza desde posiciones privilegiadas?

Por supuesto.

¿Eso tiene algo que ver contigo y con lo que puedes llegar a lograr?

En absoluto.

Todos debemos jugar con las cartas que nos tocan y, sean buenas o malas, sacarles el mayor provecho posible.

Cuando dejes de buscar excusas, comenzarás a encontrar resultados.

O como me decía mi padre: “Preocúpate por lo que depende de ti; lo que hagan los demás, no es asunto tuyo”.

Te leo.

Iñaki Arcocha

P.D: El vídeo en cuestión para que juzgues tú mismo.

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