- Arcocha Capital
- Posts
- Tú Tampoco Estás Loco
Tú Tampoco Estás Loco
Aunque, a veces, lo pretendas
Hoy me he levantado juguetón.
Y un tanto provocador.
Donald Trump no está loco.
Uy, lo que he dicho.
Ya, ya sé.
Es el malo, malísimo, un psicópata y desayuna niños.
Bueno, quizás sí sea todo eso, pero no por ello está mal de la cabeza.
Que sea un imprudente de manual y que no mida las consecuencias de sus actos, no lo discuto.
Mucho menos sus maneras, que están muy alejadas de lo que a mí me gusta.
Pero que tiene un plan, te lo garantizo.
Otra cosa es que el plan en sí no te guste.
Ni en la forma ni el fondo.
Ese es otro tema.
En su nuevo mandato está empeñado en volver loco a todo el mundo con la guerra comercial y los famosos aranceles.
No te preocupes, no voy a hablar de economía para no espantar a más suscriptores.
Pero sí te diré una cosa:
Él no aspira a imponer aranceles del 60%, 70% o 100%, ni ninguna de las cifras que has visto publicadas.
No.
Lo que está haciendo es algo tan antiguo como el mundo: fijar las expectativas para negociar con ventaja.
En psicología, esto se llama “anclaje”.
Si yo te digo que te voy a vender una rebanada de pan por 100 euros, se te van a salir los ojos de tus órbitas.
Pero si acto seguido te digo que era broma, que sólo son 10 euros, hasta te va a parecer razonable.
Sigue siendo un disparate por un trozo de pan, pero es inevitable que pienses que ese precio es mejor que el otro.
Te he “anclado” en un precio imposible para que todo lo que venga después te parezca más aceptable.
Eso es lo que está haciendo Trump con las tarifas comerciales.
Lanza el precio más alto posible para luego negociar más abajo, pero siempre desde esa referencia extrema.
¿Sabes quién más hace esto mismo?
Tú.
Todos los días.
Cuando mantienes la imagen mental de ser un súper padre y llegar a todo.
Cuando quieres ser el trabajador incansable que nunca se queja y que todo lo hace perfecto.
Cuando pretendes no tener ningún día malo con tu pareja, y que todo sean días de vinos y rosas.
Cuando te exiges todo, y no te permites nada.
Esa autoexigencia hace que, en comparación, siempre sientas que lo estás haciendo mal.
Nunca serás suficientemente bueno frente a ese ideal imposible.
Y eso te frusta.
Te reconcome.
Y te atormenta.
¿Cómo vas poder hacer nada bien con esa presión inhumana?
Por no hablar del estándar que también impones a los demás.
¿Crees que exigir a tus hijos la perfección no les afecta?
¿Que si te quejas cuando sacan un 8 y no un 10 en el último examen, no les condiciona para el futuro?
No te hagas eso a ti mismo,
Ni se lo hagas a los demás.
Deja que corra el aire.
Tu mejor amigo tendrá un mal día y te gritará.
El que siempre hace chistes, una noche no le saldrá ninguno.
Y tú, de vez en cuando, puedes estar de bajón.
No pasa nada.
Romper estos círculos viciosos no es tarea fácil.
Pero se empieza siendo consciente de ellos.
No seas rehén de expectativas imposibles.
Levanta amarras.
Libérate.
Así, nadie podrá obligarte a ir donde no quieres ir.
Ni siquiera Donald Trump.
Te leo.
Iñaki Arcocha
📖 Mi libro: 50 Historias, 50 Meditaciones Modernas
👉 Cómpralo aquí en Amazon
💬 Si ya lo leíste, no olvides dejar una reseña. 🙌
🔹 No lo leerás en ninguna otra parte.
📩 Suscríbete a mi newsletter para no perderte ninguna historia:
👉 Suscribirme aquí
P.D.: ¿Sigues ahí? Eso es que te ha gustado... Compártela con quien tú sabes. Sí, con todos ellos.
P.D.2.: ¿Te preocupa algo en especial? Escríbeme, y la próxima vez hablaré de ello. Así podrás presumir de que fue idea tuya.