Una Cosa detrás de la Otra

No dejes que te gane el Infinito

Steve Jobs era un genio.

Te podrá caer mejor o peor, pero sin duda es una de las figuras más influyentes de nuestra época.

Logró revolucionar nuestras vidas de una manera que pocos han conseguido en la historia, fusionando varios dispositivos en uno sólo: el Iphone.

Adiós al walkman, discman, la cámara de fotos y el teléfono de pilas; hola al teléfono inteligente.

Podemos debatir si esta dependencia tecnológica es buena o mala y si nos ha quitado más de lo que nos ha aportado.

Pero lo que es indiscutible es que llevar en el bolsillo un dispositivo con acceso a todo el conocimiento humano… es un logro alucinante.

Las presentaciones de Steve Jobs para los nuevos productos de Apple son historia del marketing, verdaderas Masterclass de ventas.

La icónica frase “Y una cosa más” (One more thing) es inseparable de su figura.

Siempre terminaba sus presentaciones con esas palabras, justo antes de revelar algún producto revolucionario, ya fuera el Ipod, el MacBook Air o el mismísimo Iphone.

Con semejante historial, sería fácil pensar que Jobs lo tenía todo clarísimo y que su estrategia de ventas era completamente autodidacta.

Pues no lo fue tanto.

Poco antes del lanzamiento del Iphone, Steve Jobs se reunió con su equipo de marketing para analizar la presentación del producto al gran público.

Su idea era destacar las cinco características más importantes del teléfono, dándole a cada una su momento de protagonismo.

Quería que los clientes comprendieran el impacto revolucionario del nuevo dispositivo y todo lo que aportaba.

En ese momento, el jefe de marketing lo interrumpió y le preguntó:

“¿Puedes atrapar una bola de papel si te la lanzo a velocidad normal?”

Jobs, se extrañó y alucinó un poco con la pregunta, pero le picó la curiosidad y le dijo que sí.

El jefe de marketing le lanzó la bola y Jobs la atrapó sin problemas.

“¿Y si te lanzo cinco a la vez?”

Sin esperar respuesta, le lanzo cinco bolsas y Jobs no pudo atrapar ninguna.

No hizo falta decir más, mensaje recibido.

Si te enfocas en cinco cosas al mismo tiempo, no te enfocas en ninguna.

O como dice el refrán: “El que mucho abarca, poco aprieta”.

Si presentaban el producto destacando varias características a la vez, sólo conseguirían dividir la atención de los clientes.

En cambio, enfocarse en un sólo aspecto tendría mucho más impacto.

Un proyecto, una idea, un único foco de atención.

Esta lección la puedes aplicar a cualquier ámbito de tu vida.

¿Vas a enviar un email con cinco ideas?

No.

Mucho mejor cinco emails con una idea concreta cada uno.

¿Vas a hacer cinco tareas a la vez?

No.

Primero una, luego otra y después la siguiente.

Así con todo.

El problema es que nuestra sociedad está enferma de dopamina, por lo que nos cuesta enormemente mantener la atención en un único objetivo.

Comenzamos a escribir un email a un cliente, a la mitad abrimos una pestaña para leer las noticias deportivas, y sin terminar, miramos el móvil para consultar Instagram.

Saltamos de una cosa a otra constantemente, con la molesta sensación de estar perdiendo el tiempo.

Un sensación que es absolutamente cierta.

Podría contarte mil técnicas y enseñarte aplicaciones buenísimas para ayudarte a mejorar la concentración.

Pero nada servirá si no tienes claro el problema de base.

Tu ego no quiere que te concentres.

Prefiere la dispersión, estando en mil sitios y en ninguno a la vez.

Entrar en el infinito de posibilidades y no salir nunca de ahí.

Necesitas hacer un esfuerzo consciente para mantener tu atención en una y sólo una actividad cada vez.

La recompensa por conseguirlo es disponer de más tiempo, más paz y mejores resultados.

Y ahora, ¿en qué te vas a enfocar hoy?

Empieza ya.

Te leo.

Iñaki Arcocha

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