Una historia de Rock and Roll

No caigas en odiosas comparaciones

En 1983, un joven y talentoso guitarrista fue despedido de la noche a la mañana de su incipiente banda de rock.

El grupo acababa de asegurar su primer contrato importante con un sello discográfico de primer nivel y se preparaba para grabar su primer álbum.

Sin previo aviso, sin discusiones ni drama, el guitarrista se encontró subido en un autobús de regreso de New York a Los Ángeles.

“¿Qué he hecho mal?”

“¿Por qué me ha pasado esto a mí?”

“¿He perdido la oportunidad de mi vida?”

Todas estas preguntas y muchas más acosaban al guitarrista mientras volvía a casa para lamerse las heridas.

Pero incluso antes de llegar a su destino, ya había tomado una decisión que marcaría el resto de su vida: vengarse.

Decidió formar una nueva banda de música que superara con creces el éxito de la anterior, obligando así a sus antiguos compañeros a lamentar su decisión para siempre.

Convirtió la venganza en su leitmotiv y en el combustible de su vida. Su único objetivo sería buscar el éxito a toda costa.

Y la verdad es que lo consiguió.

Dave Mustaine logró formar la legendaria banda de heavy metal, Megadeth, con más de 2,5 millones de copias vendidas en todo el mundo y considerada uno de las mejores de la historia.

¿El problema?

La banda de la que fue despedido se llamaba Metallica.

A pesar de todo su éxito, Dave Mustaine ha reconocido públicamente sentirse un fracasado en la vida porque, a pesar de las ventas millonarias y del reconocimiento de los fans, en su interior siempre será el chico al que echaron de Metallica.

La vara de medir de Mustaine era tan alta que, a pesar de lograr algo muy difícil, recuperarse de un golpe durísimo y alcanzar un éxito inimaginable, su vida ha estado marcada por la frustración de no haber superado a Metallica.

A menudo, nos convertimos en nuestros peores enemigos al embarcarnos en una competición constante en lugar de valorar nuestros propios logros y esfuerzos.

Siempre habrá alguien más guapo, más inteligente, más rico y que toque mejor la guitarra.

En el otro extremo tenemos a Pete Best, despedido en 1962 de cierto grupo de Liverpool que alcanzaría poco después fama mundial.

Los Beatles.

Al igual que Mustaine, Pete Best perdió la oportunidad de su vida sin previo aviso. El manager del grupo, Brian Epstein, le echó a petición del resto del grupo justo cuando acababan de conseguir su primer gran contrato y estaban a dos días de empezar a grabar.

En el caso de Best, sí que entró en una depresión terrible que le llevó al borde de suicidio y nunca retomó su carrera musical.

Sin embargo, consiguió ser enormemente feliz en su vida.

¿Cómo?

Lo fue porque ese suceso le llevó a conocer a su actual mujer y formar una hermosa familia que le ha llenado profundamente toda su vida. En sus propias palabras “de haber continuado con los Beatles, nunca habría sido tan feliz”.

Best no se creó expectativas imposibles ni trató de compensar un infortunio sobrevenido.

Supo concentrarse en lo verdaderamente importante para él, en encontrar su propio camino y ser feliz a su manera, sin necesidad de compararse con nada ni con nadie.

Las comparaciones son odiosas y la vida no es una competición que debas ganar.

 Tan sólo tienes que vivirla a tu manera.

Te leo.

Iñaki Arcocha