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Uno por Uno
Beneficio y Propósito
Blake Mycoskie es un joven y poco conocido emprendedor estadounidense.
Uno de los auténticos y no de los que se apuntan a la moda actual de llamarse emprendedor por el simple hecho de montar una empresa.
Mycoskie es un empresario en toda regla, con todas las letras.
¿Por qué, por cierto, ya nadie usa la palabra “empresario”?
El caso es que Mycoskie fundó su primera empresa mientras estaba en la universidad y la vendió a su socio antes de cumplir los 23 años.
Era una lavandería que atendía a su universidad y a otras tres más, con cuarenta empleados y una facturación superior al millón de dólares anuales.
A esta primera compañía le siguieron otras en sectores diversos: una empresa de marketing especializada en música country, un canal de televisión por cable y un servicio de educación vial on line.
Todas ellas fueron exitosas en sus respectivos nichos, y Mycoskie las fue vendiendo cuando alcanzaban la madurez para meterse en otros proyectos.
Lo dicho, un verdadero emprendedor.
Sin embargo, su mayor logro empresarial, y por el que es más conocido, comenzó en 2006 durante un viaje a Argentina.
Durante este viaje, Mycoskie se dio cuenta de que muchos niños argentinos no podían permitirse unos zapatos para andar por las calles.
Este golpe de realidad lo impactó de tal manera, que decidió investigarlo en mayor profundidad.
Acompañado por una voluntaria estadounidense, recorrió varios pueblos para ver la situación de los niños con sus propios ojos.
“Por primera vez, vi los efectos reales de no tener zapatos: las ampollas, las llagas, las infecciones”.
Inspirado por esta dura realidad, regresó a Estados Unidos y fundó “Shoes for Better Tomorrows” (Zapatos para un Mejor Mañana), que más tarde se convertiría en TOMS Shoes.
El modelo de negocio de TOMS Shoes es sencillo y único: por cada par de zapatos vendidos, la empresa dona un par a un niño necesitado.
Uno por uno, o “One for One”, como dirían los americanos.
Fundada en 2006, la compañía ya había logrado donar diez millones de pares de zapatos para 2013, y sus productos se venden en más de mil tiendas en sesenta países.
Pero la historia no termina ahí.
En 2011, Mycoskie extendió el modelo “One for One” a otros productos, como gafas y café, ampliando su ayuda a países como Nepal, Tíbet, Ruanda o Camboya.
TOM Shoes y las demás empresas del conglomerado de Blake Mycoskie son altamente rentables y le han generado enormes beneficios a su fundador.
¿Y por qué no debería ser así?
Con demasiada frecuencia, asociamos el éxito empresarial con una ambición desmedida.
O peor aún, con egoísmo y falta de escrúpulos.
El imaginario colectivo está saturado de películas de Hollywood y best sellers donde el villano es un codicioso empresario y el héroe, un trabajador social en horas bajas.
Pero, afortunadamente, la realidad es mucho más compleja y diversa.
No sólo es posible hacer dinero al mismo tiempo que se persiguen fines altruistas, sino que creo firmemente que es la mejor manera de conseguirlo.
Al perseguir tus propios objetivos personales, contribuyes a que el mundo sea un lugar mejor.
Y al final, de eso se trata, de dejar un mundo mejor para nuestros hijos.
La gente que piensa que el dinero no da la felicidad, es porque no ha regalado lo suficiente.
Te leo.
Iñaki Arcocha
P.D.: Muy al hilo de este tema, te dejo un vídeo que te va a interesar.
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