¿Y si Tiene Razón?

El Miedo a Cambiar de Opinión

Últimamente, estoy en racha en mi canal de YouTube.

Hace tiempo que acepté que las redes sociales no es el mejor lugar para intercambiar opiniones y que es mejor evitar enzarzarse en discusiones bizantinas.

Nunca terminan bien y son una enorme pérdida de tiempo.

Lo que pasa es que, a veces no tienes más remedio, o terminas involucrándote casi sin darte cuenta.

Eso fue exactamente lo que me sucedió el otro día.

Un seguidor me preguntó por el sistema sanitario suizo a raíz de uno de mis vídeos.

Por cierto, es increíble lo mucho que interesa todo lo relacionado con Suiza.

Ya sea sobre curiosidades del país, cómo encontrar trabajo allí o el sistema bancario suizo, estos son, con diferencia, los vídeos que mejor funcionan en mi canal.

El caso es que siempre contesto a los comentarios, y esta pregunta me venía bien para ampliar la información que daba en el vídeo.

Lo que no pude prever es que esa respuesta aparentemente inocente, derivaría en una discusión sobre si es mejor un sistema público (su postura) o privado (la mía).

Para sorpresa de nadie, no llegamos a ningún entendimiento, dado el medio y lo alejadas que estaban nuestras posturas iniciales.

Pero lo más curioso llegó al final de la conversación.

Es importante destacar que, en todo momento, el intercambio fue muy educado, algo que no es tan habitual y, por tanto, es de agradecer.

Sin embargo, en sus dos últimos mensajes, mi interlocutor me acusó de tener “intereses personales” en mi posición.

En ese punto, la conversación ya no tenía sentido continuarla, así que la dejé morir.

No obstante, debo confesar que me quedé con las ganas de preguntarle a que se refería con lo de “personal”.

Todas las opiniones son personales.

Por definición.

No existen opiniones impersonales ni puntos de vista que no sean fruto de tus creencias, valores o experiencias.

Entiendo que se refería a que tengo algún interés en el que la sanidad sea privada, tal vez porque invierto en empresas del sector salud o por cualquier otra razón.

Desgraciadamente, este tipo de razonamientos es muy común en los seres humanos.

En lugar de refutar o debatir el argumento presentado, tendemos a descalificar a la persona que lo emite.

Si tengo un interés oculto en que la sanidad sea privada, o soy una persona maléfica, entonces, ninguno de mis argumentos tienen validez.

Esto lo vemos todos los días en la política: partidos que descalifican a otros por cuestiones personales para invalidar sus argumentos.

Lo que yo creo que pasa, en realidad, es un miedo cerval a enfrentarte a tus propias creencias.

Por si, Dios no lo quiera, se te ocurre cambiarlas.

Si me presentan una idea o dato que confronta con lo que yo pienso, mi instinto me lleva a rechazarlo.

Es lógico y natural. Estamos diseñados de esa manera.

No nos gusta que nos contradigan y mucho menos reconocer que estamos equivocados.

De hecho, somos capaces de casi cualquier cosa con tal de convencernos que estamos en lo cierto y que no tenemos que cambiar de opinión en nada.

Y por eso nos engañamos a nosotros mismos de las maneras más diversas, siendo una de ellas, la descalificación del adversario.

Si puedo desacreditar a la persona que me lleva la contraria, ya no tendré que hacer ningún caso a los argumentos que me ofrece.

Nada bueno puede salir de la mente de una persona malvada, cruel, egoísta y mezquina.

¿Verdad?

Es la eterna historia de que importa más quién dice las cosas que lo que realmente dicen.

Lo triste es que en el fondo, muy en el fondo, sigue habiendo una vocecita en tu cabeza que te susurra…..

…….¿y si tiene razón?

Escucha siempre a esa voz.

Porque, o bien no tendrá razón y estarás aún más seguro de tus convicciones, o sí la tendrá y dejarás de estar equivocado.

En cualquier caso, ganas.

Te leo.

Iñaki Arcocha

P.D.: Te dejo el enlace al vídeo sobre Suiza con el intercambio en los comentarios. Ambos merecen mucho la pena.

P.D 2: Si te gustan estas newsletters, compártelas con tus amigos en el siguiente enlace: https://arcochacapital.beehiiv.com/subscribe

P.D 3: Y si no te gustan, compártelas con tus enemigos para que se fastidien: https://arcochacapital.beehiiv.com/subscribe